viernes, 23 de abril de 2010

El Grunge había sido el triunfador



Debido al ajetreo de los conciertos de abril, no habíamos hablado de los resultados de las encuestas. La que se había efectuado en el último mes señaló que el sub-género noventero preferido fue el grunge.

El género plenamente identificado con los alrededores de Seattle y el estado de Washington, tuvo su influencia en lo que se conocía como "rock alternativo" en los años 80, es decir toda la movida underground y no comercial que se había gestado en aquella colorida década.

Cómo todo en la vida tiene su ciclo, la pomposidad y exceso ochentero llegó a su ocaso y su reemplazo llegaba con la movida alterativa en la cual, el sonido era más primitivo, menos elaborado y sucio (por eso la denominación de "grunge"), aquelllo derivado del noise rock y el shoe gaze en el cual se abusaba de las distorsiones en las guitarras, así como su estética era desprovista de "extras" y la ropa gastada estilo obrero (como las camisas de leñador). Se necesitaba algún artista que sea emblema del movimiento y aquí están sus dioses.


Nirvana, con un sonido y estética sencilla, pero llegadora por su sinceridad, se posesionó como el líder de un movimiento y su multiplatino "Nevermind" fue la introducción del sonido de Seattle al mundo. En cuestión de meses, el gusto de la juventud cambia radicalmente y entre 1991 y 1992 llegan los "Ten" de Pearl Jam, "Superunknown" de Soundgraden, "Dirt" de Alice In Chains y demás, que copan las disqueras y las emisiones radiales. Tal vez es la última revolución del rock y su cabeza, Kurt Cobain, el último gran héroe del género. Lo "alternativo" se había convertido en lo "de moda".


A la muerte de Cobain, el movimiento pierde fuerza y así como su abuelo, el "punk", va perdiendo credibilidad con la misma intensidad con la que llegó, suplantado por todo el "arroz con mango" de géneros que surgieron en los noventa. De todas formas se trató de una época fascinante de la que todavía quedan ecos.

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