Estos son posts que se intentarán hasta donde se avance hacerlos con objetividad periodística, pero lo único que puedo es desbordar de felicidad por haber podido al fin ver en vivo y en directo a mis ídolos de siempre.
La odisea comenzó el 1 de diciembre del año pasado, cuando mi buena amiga Verito me facilitó el acceso a la venta anticipada de las entradas y me sorprendí que ya había localidades agotadas, en fin, con entrada comprada fui coordinando el viaje hacia Argentina en el que terminó colándose mi familia y a medida que pasban los días, me consumían las ansias.
El domingo 27 partí a Buenos Aires y arrivando el 28, se intentó dar vueltas por aquella fascinante y agitadísima ciudad, con entrada en mano ya estaba más tranquilo. El operativo U2 comenzaba la mañana del 30.
lamparoseando en el Estadio Único
y de paso haciéndole propaganda gratis al KiK
Como es bien sabido, los shows de U2 en Argentina se han desarrollado en La Plata en el recientemente re-inagurado "Estadio Único", no sé si para sacar pica de lo modernísimo que lo pusieron a dicho escenario o para homenajear a la verdadera ciudad "Where The Streets Have No Name" (porque en La Plata, las calles tienen números), el caso es que salí muy temprano en la mañana a la estación de Retiro, probando la clásica "avivada" del taxista porteño que me quería llevar de una sola a dicha ciudad pero por una cifra astronómica.
Arribado a Ciudad de La Plata, empecé a buscar a quien me daría alojamiento, lo bueno es que era una dama muy guapa (como muchas que hay por allá), lo malo, casada y con tres hijos. Ya para hacer fila, me hice amigo de una banda particular llegada de Bahía Blanca y compuesta por un "tío copado", sus sobrinos, novio de la sobrina y amigos. Era mediodía y hacía un poco de calor, pero eso era lo menos importante, porque corría el rumor que podíamos acceder al famoso "Inner circle" reservado para fans enfermos.
¡Y así fue!, con un marcador nos anotaron en el brazo para poder estar lo más cerca que se pueda de los chicos de Dublín, pasaban las horas, el calor aumentaba y podías ver gente de todas partes de sudamérica llegadas a La Plata a este acontecimiento y bueno ... me comí un poco de cemento el haberme olvidado de llevar un glorioso tricolor conmigo, pero ya estaba, la palabra "hambre" no existía, tal vez un poco de sed, pero sobretodo, la expectativa que las horas pasen, mientras toda tienda y kiosko locales ponían música de U2, muchos discutiendo sobre sus canciones favoritas y erizándose la piel mientras se escuchaba el "soundcheck", arribaban las 16H00 locales, momento en el que se debían abrir las puertas del escenario platense. Tenía miedo que no me dejen pasar mi camarita, pero la avalancha humana evitó un segundo control aparte del que te exigía el boleto.
Caía la tarde y estaba dentro del Inner Circle en el mítico Estadio Único de La Plata. Mañana o más tardar pasado cuento el resto de la historia que tiene el show en sí. La verdad la emoción está lejos de que se me pase y la verborrea es imposible de controlar
una vista al estadio antes del show
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